Kurth: Tendrá que ser más descentralizado, más complejo y controlable digitalmente. Se avecinan grandes cambios: la expansión de las renovables ha provocado una reducción de los costes marginales de la producción de energía, y por ello de los precios de la electricidad. Por tanto, la electricidad sustituirá a otras fuentes de energía primarias en aplicaciones de calefacción y transporte. La urbanización también plantea dudas, con el incremento de población en las ciudades, ¿cómo vinculamos cada vez mayores requisitos energéticos de los núcleos urbanos con la generación descentralizada de energía? ¿Trasladamos los generadores a las ciudades? ¿o los dejamos fuera? Si optamos por lo último, necesitamos desesperadamente nuevos tendidos eléctricos. En cualquier caso, necesitaremos sistemas inteligentes para controlar unos flujos de energía cuya complejidad va en aumento. También serán necesarios modelos de negocio que se adapten al nuevo mundo descentralizado y digital.
Heiko Tautor: Una complicación más para la conversión del sistema energético: las reivindicaciones de las distintas regiones difieren considerablemente. En el norte, la prioridad es ampliar la red para poder transportar la energía eólica desde las regiones costeras a los centros de consumo. Las ciudades, por contra, están volviendo a los sistemas fotovoltaicos, y las centrales de cogeneración (CHP) funcionan cada vez más como generadores de calor. En días fríos y despejados, las CHP cubren la demanda de calor y además producen electricidad en combinación con los sistemas fotovoltaicos. ¿Dónde se almacena toda esta energía? Las baterías ofrecen una solución.