En el futuro, la producción será inteligente y conectada; dispondrá de sistemas de control y optimización autónomos, o semiautónomos, que le permitirán utilizar de forma más eficiente los recursos. La transformación en una «fábrica inteligente» implicará la conexión en red de los procesos actuales y el registro de todos los datos de productos, máquinas y procesos. En la actualidad, ya disponemos de soluciones de automatización, como WAGO-I/O-SYSTEM 750, que se encargan de recopilar los datos y transferirlos a un «sistema de ejecución manufacturera» (MES) o a un sistema de gestión de la producción.