Entrevisa sobre la digitalización del mercado de la energía

Se supone que la proporción de energías renovables en el consumo eléctrico se incrementará entre un 30 % y un 100 % desde el nivel actual. Sin embargo, las redes ya están al límite de su capacidad. ¿Es posible la transición energética?

Tobias Kurth: Las exigencias impuestas a la infraestructura, las redes y los controladores, y a las flexibilidades que antes proporcionaban las centrales eléctricas controlables, han aumentado considerablemente. La biomasa parece ser la única energía renovable controlable que presenta limitaciones; en cambio, la energía solar y eólica se han consolidado. El problema es que la producción eléctrica de los sistemas descentralizados fluctúa en función de las condiciones meteorológicas. Por tanto, además de nuevas redes, necesitamos tecnologías que proporcionen flexibilidad, como las baterías, para no solo almacenar el exceso de corriente sino también para suministrarla cuando sea necesario. Por otro lado, la demanda de electricidad tiene que ser más flexible. Hasta hoy, el suministro se ha basado en la demanda. Algo que cada vez resulta más difícil en vista del aumento de los suministros fluctuantes.

¿Cuáles serán las principales características del mercado de la energía del futuro?

Kurth: Tendrá que ser más descentralizado, más complejo y controlable digitalmente. Se avecinan grandes cambios: la expansión de las renovables ha provocado una reducción de los costes marginales de la producción de energía, y por ello de los precios de la electricidad. Por tanto, la electricidad sustituirá a otras fuentes de energía primarias en aplicaciones de calefacción y transporte. La urbanización también plantea dudas, con el incremento de población en las ciudades, ¿cómo vinculamos cada vez mayores requisitos energéticos de los núcleos urbanos con la generación descentralizada de energía? ¿Trasladamos los generadores a las ciudades? ¿o los dejamos fuera? Si optamos por lo último, necesitamos desesperadamente nuevos tendidos eléctricos. En cualquier caso, necesitaremos sistemas inteligentes para controlar unos flujos de energía cuya complejidad va en aumento. También serán necesarios modelos de negocio que se adapten al nuevo mundo descentralizado y digital.

Heiko Tautor: Una complicación más para la conversión del sistema energético: las reivindicaciones de las distintas regiones difieren considerablemente. En el norte, la prioridad es ampliar la red para poder transportar la energía eólica desde las regiones costeras a los centros de consumo. Las ciudades, por contra, están volviendo a los sistemas fotovoltaicos, y las centrales de cogeneración (CHP) funcionan cada vez más como generadores de calor. En días fríos y despejados, las CHP cubren la demanda de calor y además producen electricidad en combinación con los sistemas fotovoltaicos. ¿Dónde se almacena toda esta energía? Las baterías ofrecen una solución.

En cualquier caso, necesitaremos sistemas inteligentes para controlar unos flujos de energía cuya complejidad va en aumento. También serán necesarios modelos de negocio que se adapten al nuevo mundo descentralizado y digital.

Tobias Kurth, Energy Brainpool

¿Qué opciones de flexibilidad contempla además de las baterías?

Tautor: La transformación de electricidad en calor, gas y movilidad está adquiriendo gran importancia. La propuesta: transformar el exceso de energía eléctrica en calor, gas o combustible sintético. La combinación de estos sectores permite aliviar la carga de la red eléctrica y, además, brinda una manera de vincular la calefacción y el transporte a la transición energética: hasta la fecha, estos sectores han jugado un papel secundario en la protección ambiental.

Kurth: La demanda de flexibilidad aportará otras opciones importantes, principalmente en los sectores industriales y comerciales. Muchos procesos ya se automatizan y controlan utilizando valores medidos. No supondría ningún problema considerar los costes eléctricos como una variable de control más. Las empresas podrían elevar el ritmo de producción cuando haya un flujo de energía verde disponible y la electricidad se oferte a un precio en consecuencia barato, y reducir el ritmo de trabajo cuando la energía se encarezca. Para que este enfoque sea una realidad, son necesarias tecnologías de control y medición. Y también un proveedor de energía que trabaje en un segundo plano para gestionar todos los procesos por los clientes.

Sin embargo, las empresas productoras también podrían ofrecer energía de reserva negativa para compensar los picos de carga de poca duración.

Kurth: No todas las empresas serán partidarias de ello. Durante las operaciones de compensación, preferirán trasladar la mayoría de sus procesos a grandes operadores de red, que podrán intervenir cada vez que necesiten energía. Sin embargo, si las empresas gestionan la producción basándose en los precios de la electricidad, mantienen el control de sus propios procesos. El modelo de negocio podría ser bastante lucrativo para el sector.

¿Ha avanzado la digitalización de la economía energética lo suficiente para que estos tipos de modelos sean posibles?

Tautor: La realidad es que la digitalización solo está dando sus primeros pasos. El potencial de eficiencia en el sector y el comercio es enorme; sin embargo, el problema sigue siendo que estos consumidores apenas se comunican con los operadores de red. Las piezas que faltan son las interfaces, que permiten el intercambio de valores medidos pertinentes entre los actores individuales: ¿Cómo se produce la energía? ¿Cuánto se consume? ¿Cuándo tiene sentido apagar los aparatos?

Kurth: Por el momento, el mercado de la energía continúa en la Edad de Piedra con respecto a la tecnología de la comunicación. Las mediciones y cálculos se llevan a cabo a intervalos de 15 minutos en la economía energética, no hay rastro de actividad en tiempo real. Sin embargo, en el sector privado hay incluso menos comunicación. Los contadores mecánicos, por ejemplo, que registran el consumo de energía privado, suelen leerse una vez al año. En el futuro, será necesario interconectar las diferentes versiones de forma más estrecha para poder reaccionar de manera autónoma.

El potencial de eficiencia en el sector y el comercio es enorme; sin embargo, el problema sigue siendo que estos consumidores apenas se comunican con los operadores de red.

Heiko Tautor, WAGO

¿Qué tecnologías necesitamos concretamente?

Kurth: Tecnologías que sean capaces de medir, controlar y supervisar con precisión, y simultáneamente pueden incorporar pronósticos sobre generación de energía. Y necesitamos que funcionen en tiempo real. Hablamos de cantidades ingentes de datos: antes había un punto de datos por consumidor y uno por central eléctrica. Con un total de alrededor de 400 centrales eléctricas centralizadas y controlables operando en Alemania, los datos eran manejables. Esto ha cambiado con las energías renovables. La red se compone actualmente de 10.000 sistemas y la transición energética aún es relativamente joven.

Tautor: Ya hay tecnologías que pueden medir, controlar y supervisar, sin limitaciones. Sin embargo, para la fase final de expansión prevista para 2030, necesitamos sistemas inteligentes y extraordinariamente potentes. Por ejemplo: los contadores llamados «Smart» son contadores eléctricos inteligentes que lo único que hacen es registrar y enviar datos. Ni controlan ni supervisan. Para regular y supervisar a los proveedores y consumidores, sería necesaria una caja adicional. Los controladores actuales son demasiado pequeños y carecen de la potencia suficiente. Las aplicaciones futuras necesitan desesperadamente innovaciones técnicas.

¿Qué significa la transión para los proveedores de electricidad?

Kurth: Los proveedores necesitan comenzar cuanto antes a transformar sus modelos de negocio, porque no podrán ganar suficiente si solo proporcionan electricidad. Los consumidores no querrán comprar horas de kilovatios, sino servicios de energía. Se dividirán en dos categorías: los llamados consumidores de tarifa plana y los consumidores de pago por uso. Ya existen tarifas planas en productos de comunicación y entretenimiento. Por qué no complementarlas con un contrato de suministro eléctrico. En China, ya usan contadores inteligentes para todo: electricidad, agua y teléfonos. Y esta tendencia pronto llegará a Alemania. Las oportunidades de los proveedores de energía dependerán de lo bien que gestionen los servicios de fondo. Y de cómo las vinculen a la obtención de ingresos adicionales. Por ejemplo, podrían ser capaces de identificar si un frigorífico está viejo a partir de la curva de carga. Partiendo de esto, podrían ofrecer al consumidor la posibilidad de alquilar un electrodoméstico nuevo. Los clientes pagan en parte a través del acceso a sus datos. Si alguien no está de acuerdo, puede implantar un modelo menos transparente. En el principio de pago por uso, los clientes solo pagan por la electricidad que consumen realmente. En este contexto, la hora de kilovatio es probablemente más cara, pero el cliente puede proporcionar menos datos, porque este modelo no necesita tantos datos. Los consumidores industriales podrían volverse prácticamente invisibles para los intrusos: con el uso de sus propios sistemas generadores y baterías, pueden abastecerse e impedir el acceso a sus propios datos de energía. Los servicios de energía podrían vender o alquilar los sistemas y así, ofrecer a los consumidores industriales un valor añadido real. La digitalización brinda por tanto una oportunidad real a los proveedores de energía que sean capaces de acometer estos cambios.

Entrevista: Sascha Rentzing, WAGO

Fotografía: Manfred H. Vogel | vor-ort-foto.de

Acerca de las personas:

Tobias Kurth estudió ingeniería industrial orientada a la tecnología medioambiental en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Colonia. Se incorporó a Energy Brainpool GmbH & Co. KG en 2013 y desde abril de 2015 ocupa el puesto de director general. Su labor se centra en el análisis de la transformación del mercado con las energías renovables y en la previsión del precio de la electricidad como base para tomar decisiones de inversión y financiación.

Heiko Tautor dirige la sección de Energía de Gestión de Mercado en WAGO y está especializado en energías renovables, redes inteligentes y tecnologías de acumuladores. Este experto en tecnología de la energía de 45 años ha trabajando en WAGO durante 13 años. Además de energías renovables, se ha dedicado a la automatización de las redes de distribución.

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Entrevistas 28 de julio de 2020 «El mercado de la energía sigue en la Edad de Piedra»